–Leonardo, usted viene del País Vasco, y además de escritor, es profesor de Meditación, terapias complementarias y fundador de la Asociación ADA Roerich, con su Museo privado y educacional. ¿Cómo ve actualmente el mundo de los libros?

Leonardo Olazabal A.
–Es evidente que las editoriales y librerías ofrecen lo mejor de sí mismas, pero como en todo lo que prima siempre es lo comercial, el dinero, y no el ayudar a los escritores a que se conozcan sus obras. Pasa como en el mundo de los artistas de cine, T.V. y teatro. Si no te promocionas es muy difícil entrar en los circuitos de las grandes superficies y librerías para que se visibilice tu obra.
–Si las entidades culturales y los medios de comunicación no facilitan eventos donde se dé visibilidad a todo escritor, poco podéis hacer entonces.
–Sí, a veces nos sentimos como esas personas que hacen las magdalenas y galletas en forma artesanal en su casa, para luego vendérselas a sus amigos. Es un poco triste ver cómo se acumulan cajas de libros en el dormitorio de tu hogar. La sociedad actual es muy agresiva y hay muchos codazos en todos los ámbitos profesionales. Son otros tiempos y se están creando nuevas formas de comunicación. Pero yo pienso que los libros en particular, es una forma de expresión que permanecerá, y con el tiempo serán atesorados.

Meditando sobre Shámbala
–¿Qué podemos aprender con la lectura de su último libro, Didier y la mujer que escupía diamantes?
–Se pueden aprender muchas cosas, pero lo fundamental es que, sabiendo que el hombre es un lobo para el hombre, aun así Dios late con fuerza en muchos corazones, y estos en su momento despertarán ante los distintos acontecimientos que ocurran en el futuro, por muy malos y oscuros que sean estos hechos.
–¿Está basado en un ambiente histórico?
–Claro, se trata de la Segunda Guerra Mundial y la ocupación de París por parte de la Alemania nazi. Un grupo de hombres y mujeres de buena voluntad y con unas cualidades mentales y psíquicas especiales, abordan el problema que acontece en su país. Me gusta escribir todo aquello que está relacionado con el alma de las personas y con la evolución de la humanidad. Siento curiosidad por conocer lo que no se ve, lo etéreo, lo oculto, lo espiritual, lo transpersonal, y estoy muy satisfecho con lo que obtengo en cada trabajo e investigación. Afortunadamente la editorial SoldeSol, y en particular su directora Sol Ravassa y su equipo, hacen un trabajo magnífico a la hora de vestir y darle forma en la imprenta al texto que se les envía. Por ejemplo, el ilustrador Francisco con cada imagen hace una pequeña obra de arte, ya que expresa exactamente lo que ocurre en las líneas del libro, potenciando así la lectura y el mensaje del mismo.
–¿Quién es Rai Dorje?
–Se trata de una entidad espiritual que vivió en Egipto, de madre hindú y padre de Bután. Esta entidad es un secreto, ya que puede ser mi mentor o simplemente mi Alter Ego, o yo mismo en una vida anterior. Lo dejamos ahí. Tal vez solo sea el nombre del genio de una lámpara mágica como la de Aladino para que esta novela ocultista se lleve al cine.
–Y usted, Leonardo, ¿qué proyecto tiene ahora?

Didier y la mujer que escupía diamantes
–Hay otra persona en mi vida literaria que se llama León Li. Él es ya un anciano que vive en la parte francesa de Suiza, no muy lejos de la mansión de Tina Turner, la cantante que en los últimos años de su vida se dedicó a educar a los niños, en cánticos y mantras sagrados de India y Japón. Pues bien, este anciano recibe visitas de 5 niñas y un niño cada fin de semana, y le hacen preguntas que responde siempre con gran amor y sabiduría. Los padres también suelen acudir, y todos juntos forman una luz y una compañía muy especial, todo ello bajo los picos y valles de la región. A los niños se les relata un cuento, dando así forma a lo aprendido en ese día. El hecho es que se les habla de hacer un buen uso de las habilidades internas que tiene cada uno, desarrollando un psiquísmo sano y una actitud ética hacia la vida. Definitivamente es mi “opera prima” de la cual estoy muy orgulloso y satisfecho. Para mi educar a los niños y jóvenes, así como a sus padres, en la cultura de paz, la ecología y el amor a la familia, me parece vital en los tiempos que corren hoy día.
–¿Qué pasa hoy día?
–Le contesto con otra pregunta: ¿De verdad necesita que se lo explique?
–Gracias Leonardo.
–Gracias a ti.
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