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MADURANDO LA PAZ

Vivimos tiempos extraños, confusos, en cierto modo… mediocres. ¿Por qué digo esto? Por la sencilla razón de que para dejar de ser mediocres hay que establecer primero la paz dentro de uno mismo. Y hoy día, el que más o el que menos, en su interior solo tiene alboroto, un pobre humanismo y una insensible moral, y nada de esto sirve para implantar la paz en el mundo.

Se precisa madurar la paz. Para ello precisamos espíritus iluminados, y ¿los hay? Y si los hay, ¿dónde están sus causas nobles? ¿Dónde sus instituciones? Entidades nobles, antisectarias, antidogmáticas y no exclusivistas. Instituciones que hablan de la miel del amor, del respeto y del diálogo, ¿dónde están?

Leonardo y la Paz

Leonardo y la Paz

Hay que unirse en triángulos fraternos. Promocionar y facilitar. No explotar y mancillar. Por ello hay que aprender a madurar la PAZ, y trabajar todos juntos para embellecer la Tierra. ¿No es eso lo que anhelamos?

En unas conferencias sobre la Kábala en Barcelona conocí, hace muchos años ya, a Z´ev ben Shimon Halevi, donde habló –entre otras excelentes enseñanzas– sobre la Escala de Jacob como sistema de comprensión metafísico. La escalera se hunde en el barro en sus primeros escalones. Los últimos se adentran en el mundo etéreo donde se sitúa el reino de los ángeles. Y dice: “Se trata del símbolo cósmico de pasar del mundo ordinario y material al otro de orden cósmico y espiritual. El grueso de la humanidad sigue aferrada al barro. Se requiere un gran esfuerzo y trabajo en los mundos inferiores antes de llegar a la iluminación”.

Así las cosas, en los años veinte del nuevo milenio me pregunto si la paz es posible. Una gran parte de la humanidad lleva sobre sí misma la lápida de la indiferencia, el dolor y la falta de visión. Son pocos los que se conocen a sí mismos de verdad, de una manera inteligente.

Crucial, Crisis, Cicatriz han de ser transformadas por Cambio, Crecimiento y Conciencia. Y todo ello con mucho tacto. Un tacto que ha de surgir de la percepción superior y ésta de la mente iluminada. Y no de una mente con prejuicios psicológicos y culturales. Cuando hay un trabajo espiritual se produce la transformación. Ser espiritual implica ser protector, ser pacífico, ser honesto. Algo obvio, porque lo que se es dentro, se es afuera.

Shaij Khaled Bentonnès dice en su obra “El Sufismo, Corazón del Islam”:

   “La verdad consiste ante todo en entrar en armonía con todas nuestras contradicciones, coger el bastón de peregrino y servir a la humanidad como una unidad pura y simplificada”.

El propio mensaje de Jesucristo es totalmente pacífico al implantar en el mundo el AMOR.

Comencemos a alejarnos de las maniobras oscuras, de los horrores de los conflictos. Potenciemos la Cultura Espiritual, la Fe Religiosa y las Artes. Y así entrar en la Era Luminosa de la Paz y de la Quietud de las Alturas.

Leonardo Olazabal Amaral

  Presidente y Fundador de la
  Asociación Darjeeling Agni
    y del Museo Bandera de la Paz Roerich

EL PACTO ROERICH POR LA PAZ Y LA CULTURA AÑO 2022

Llevo algo más de 40 años hablando de la figura de Nicolás Roerich y a día de hoy sigo descubriendo nuevas informaciones e historias acerca de su vida y propósitos. Y esto se suma al de su familia, mujer e hijos. Tal es la magnitud de sus descubrimientos y creaciones. Pero hoy quiero, en el 87 Aniversario del Pacto, hacer un apunte sobre el mismo. 

EL PACTO ROERICH POR LA PAZ Y LA CULTURA, AÑO 1935

La Bandera de la Paz y de la Cultura fue propuesta por Nicolás Roerich a la Sociedad de Naciones, como emblema con la finalidad de proteger los tesoros culturales que el genio de la humanidad ha producido a lo largo del tiempo.

Hoy día está reconocida a nivel oficial por medio de acuerdos internacionales, firmados actualmente por más de 90 países.

Nicolás Roerich estipuló que las instituciones educativas, artísticas, religiosas y científicas, al igual que todos los lugares de importancia cultural, como museos, iglesias, edificios históricos artísticos, y bibliotecas, sean considerados y respetados por todas las naciones en tiempos de guerra y paz. Cosa que en la actualidad no se hace como estamos viendo cada día en los medios informativos.

El 15 de Abril de 1935 este Pacto fue firmado en la Casa Blanca, Washington, en presencia del Presidente Franklin D. Roosevelt, por 21 gobiernos de América. Más tarde sirvió de documento base para la redacción de la «Convención de la Unesco para la protección de los bienes culturales en caso de conflicto armado», firmado en La Haya, el 14 de Mayo de 1954.

El hombre, el género humano, tiene como meta el ascenso evolutivo y en su creatividad tiene derecho a la protección de todo su conocimiento, valores humanos y creaciones. Quien diga lo contrario no es humano.

La familia Roerich

    Es tal la abundancia de información, tanto pictórica como escrita, dejada a las siguientes generaciones, que en su prosa se hace difícil de entender si uno no tiene una verdadera formación esotérica en el tema. Por ello no es extraño encontrarte con interpretaciones llenas de infantilismo o superstición sobre su mensaje y vida.

Los Roerich, recogieron el saber de su época y lo más significativo de la Sabiduría Oriental, que unido a la recopilación de los mitos y leyendas de todos los tiempos y los textos de la teosofía, recrearon un nuevo amanecer con el beneplácito de la Hermandad Blanca. Una Hermandad Shambálica que no tiene sede física ni representante oficial alguno, salvo unos pocos iluminados que hacen su trabajo por el mundo de una forma discreta y en un nivel mental que no siempre tiene nada que ver con las emociones o sentimientos. Por otro lado somos millones de personas de Buena Voluntad en todo el mundo que buscamos la paz, la libertad y la curación del planeta Tierra y sus reinos mineral, vegetal y animal.

Como vemos, desgraciadamente a día de hoy, no podemos decir que la llamada bandera “Pax-Cultura” ondee en los edificios a proteger en ninguno de los de 50 conflictos que hay en el mundo.

Del Este al Oeste y del Norte al Sur, aún no se ha establecido una corriente simpática de energía que apoye con seriedad este Pacto por la Paz y la Cultura. Es evidente que debe tratarse de una cuestión de revelación para la cual la humanidad aún no está preparada, y así nos va. Pero el gran cambio está ahí. Todo va muy rápido hacia el Gran Cónclave Shambálico, de Badari Vana del año 2025, con su contundente fuerza liberadora –en todos los sentidos- en los cinco años siguientes.

Hacen falta Agni Yoguis, hombres y mujeres de fuego, activos sobre todo en las altas esferas de la vida social. Gente despierta que sienta un gran amor por la humanidad, y con la capacidad personal necesaria para el crecimiento espiritual.

La contribución de la Familia Roerich en el pasado siglo, hacia la importancia del núcleo familiar, la educación en el arte, en la belleza y en la filosofía cósmica de la evolución, presidida por una Ética Viva, hace que se diluya toda corrupción, fealdad y manipulación de cualquier tipo y origen. Pero hay que ponerla en práctica a través de Fundaciones, Corporaciones, Reuniones de grupos, y Congresos.

Desde la tranquilidad y la serenidad del Aula de la Naturaleza “Chintamani” el 3 de abril, con la entrada de la primavera, izamos de nuevo la Bandera de la Paz en su vigésima quinta vez en el jardín Roerich de las montañas de Ereño, Bedia, Bizkaia. ¡¡¡Paz, paz, paz, para toda la Tierra y sus habitantes!!!

Leonardo Olazabal A.

Presidente de la Asoc. ADA

Formador Psicoespiritual

Escritor

LA MUJER QUE ESCUPÍA DIAMANTES – VII (Género fantástico)

                La reunión va finalizando en el Petit Hôtel de París

  Por RAI

Tras un descanso, el grupo de amigos reparaban en las lecturas celebradas y en el trabajo esotérico realizado. Ahora estaban sincronizados con unas energías de conciencia tan altas como bellas. Cada uno conservaba su propia personalidad y libertad de expresión que servían de estímulo y crecimiento a los demás en una coherencia de corazón y de mente propia de los discípulos avanzados. El Rayo de la Personalidad y el del Alma de cada uno de ellos tomaba colores y tonalidades de hermosos matices espirituales a la visión del Maestro Superior que les guiaba. Maestro que desde el Reino Invisible, apreciaba como nadie las notas de humor de cada uno de ellos, y su capacidad para atraer el magnetismo de la Piedra meteorítica Chintamani. Piedra Shambálica que magnetizó la kundalini del antiguo Meridiano Cero de la ciudad, para con ello atraer, estimular y elevar la conciencia de artistas, ingenieros, diseñadores, arquitectos y escritores tras la Primera Guerra Mundial. París, en los años 20 y 30, mostraba talento, aires de libertad y una gran energía creativa -al igual que en la ciudad hermana de Nueva York- influyendo al resto del mundo. Ahora nuestros amigos y tantos otros grupos esotéricos y ciudadanos de Buena Voluntad despertaban cada mañana con la idea de recuperar todo lo perdido.

En una calle-jardín de París

En un momento dado Sophie dijo:

–¡Qué bonitas las lecturas que habéis hecho! Se me ocurren muchas preguntas, pero me mantendré expectante a que se vayan respondiendo por sí solas al mantener mi fidelidad con vosotros. El amor por la lectura y más por este nivel de aventuras espirituales y de filosofía hermética me resulta de lo más iluminador. Le da sentido a la vida ¿no os parece?

–Todos esbozaron su mejor sonrisa.

–¿Quéee? Me ha gustado mucho, y este té de Darjeeling está delicioso –comentó, para luego añadir–: Bueno, ya me callo.

–Puedes decir todo lo que quieras –dijo cariñosamente Collete, dueña del hotel.

–Me apena mucho todo lo que está ocurriendo, y parece que nunca va a acabar –dijo Sophie. Luego mirando a cada uno de ellos, añadió–: La guerra es una frivolidad y ésta no debe distraernos de las cosas que son realmente serias. Es lamentable cómo cada día hay más franceses que son colaboradores de los alemanes, y ante la persecución antisemita muchos franceses miran para otro lado. Estoy desolada y solo quiero marcharme de París, pero ¿dónde ir?

–Ven al sur conmigo –dijo Didier.

–¿A la Provenza?

–No, a Biarritz.

–Allí hay muchos intelectuales y artistas antinazis, también judíos que buscan huir a Portugal ?dijo Juliette.

–Sí –añadió Didier–. A la Provenza no se puede ir, han construido numerosos campos de internamiento con miles de prisioneros entre los que se encuentran refugiados españoles, judíos y gitanos. Son lugares de sufrimiento en donde sobreviven de forma infrahumana. Hay también zonas ocupadas por soldados italianos ?Luego añadió?: De momento Biarritz no es peligroso, al menos no como en San Juan de Luz, que hace frontera con Irún en España, un país supuestamente neutral como Suiza pero que no lo es. Y luego está la frontera de Canfranc en el Pirineo Franco-Aragonés, infectado de nidos de ametralladora y bunkers, donde se halla la Estación Internacional de Ferrocarril, que junto con Zaragoza y San Sebastián son nidos de espías, soplones y de agentes que colaboran de un lado y del otro.

–Yo allí no voy. Para eso me quedo en París –sentenció Sophie, apretando los dientes.

–Henri y yo –dijo Armand– nos vamos unos meses a Bretaña. Vamos a recorrer la costa desde Saint-Malo hasta Trégastel. Iremos también a Morbihan, donde conozco a dos radiestesistas que hablan de las Ondas de Forma y su influencia en el ambiente o espacio. Se trata de un conocimiento secreto proveniente del Antiguo Egipto, según contó en una conferencia en la Asociación de Radiestesistas aquí en París antes de la invasión. Lo que quiero decir es que, si quieres puedes venir con nosotros.

 

Libro Chintamani

Libro Chintamani

Juliette enseguida dijo:

–Ahí sí que hay que tener cuidado. Los alemanes tienen una gran concentración de tropas, bunkers, cañones y observatorios a lo largo de todas las playas de la costa que mira al océano Atlántico, ya que tienen como objetivo defenderse de una posible invasión de nuestros aliados ingleses. Además maniobran para llegar a las costas y ciudades de Inglaterra con sus famosas bombas volantes, todas esas zonas están militarizadas.

–Mon Dieu! –exclamó Sophie, para luego añadir–: Me quedo aquí con vosotros, a pesar de la inseguridad que se respira en París.

–Vale –dijo Didier–. Volveremos a reunirnos dentro de unos meses, no más de las seis personas que estamos aquí. Si hace falta nos reuniremos de dos en dos, unos días unos y otros días otros, y continuaremos con prudencia nuestros trabajos psíquicos como sabemos. Os avisaré cuando yo pueda de nuevo reunirme y traeros información. Tened cuidado con los comentarios por teléfono. Si queréis, para decir que todo va mal o que es peligroso, haremos referencia a la ropa vieja. Y para indicar que todo va bien haremos referencia a ropa nueva. ¿Estáis de acuerdo?

–Sí –dijeron todos. Y así se despidieron saliendo en grupos de dos en dos, con intervalos de 3 a 5 minutos cada uno.

París, cada vez era una ciudad más extraña y controvertida. En los cafés se podía ver a los oficiales sentados al aire libre leyendo periódicos mientras soldados de uno y de otro bando saludan al pasar frente a ellos. Aún así, tanto los alemanes como los franceses -que estaban obligados a una mutua colaboración- no se fiaban de nadie.

En la calle se mezclaba un ambiente de semiclandestinidad junto a la pobreza y a la vestimenta de las clases altas. El gentío camina sin rumbo fijo, solo por el placer de mirar, ya que para algunos no había nada que hacer salvo vivir un día más. A veces, el clamor y la curiosidad se avivaba al ver el rodaje de documentales o de cine en plena calle. Los negocios al pie de las mismas componían la totalidad de la escena de cada día.

Todo el mundo aplicaba sus mejores dotes para trapichear y poder llevar algo de comida a casa. Luego, con la caída de la noche y ante el toque de queda, las calles se quedaban totalmente vacías.

En los suburbios las ratas dejaban sitio a los sintecho. Los gobernantes de toda Francia eran títeres de una fuerza mayor y de su propia estupidez. Al ciudadano de a pie sólo le quedaba obedecer y obedecer. Con este panorama humano y social ¿que se podía esperar del futuro?

Gandhi afirmaba con tristeza en 1947:

NI LA VIOLENCIA NI LA NO-VIOLENCIA
ALCANZAN LA FUENTE DEL MAL

 

Apenas unos pocos años antes, París parecía estar en la misma tesitura ¿Qué hacer? Solo una fuerza Suprafísica podía actuar en favor de la vida física.

Nuestros amigos de París, en India y en Bélgica ya estaban trabajando en ello de acuerdo a las cualidades de cada uno de ellos.

Sólo cuando se domina nuestra naturaleza interior se domina el mundo exterior, eso afirma al menos los Yogas Superiores. No hay remedio que convierta el vinagre en agua de rosas, pero sí al revés. De ahí que sea necesario trabajar y actuar para que nadie avinagre nuestra vidas. Se requiere primero curar la base del hombre, transformarlo y convertirlo en un ser pensante libre y luminoso. Si se quiere eliminar a la Bestia de la mentira, al Destructor de la humanidad, hay que educar a cada ser humano y evocar a las Fuerzas Superiores y entonces y solo entonces, lo demás vendrá por añadidura.

Didier y Sophie se marcharon juntos.

Agarrada al brazo de Didier, Sophie dijo:

–¡La vida es una tortura cuando está desprovista de significado!

–Debemos de confiar –le contesto Didier mientras alzaba la mano a un taxi que pasaba por la calle.

Ya en él, Sophie se acercó al oído de Didier para decirle:

–Déjame ir a tu piso.

–No, Sophie. Aunque vivo solo, no es una buena idea. Tengo que madrugar para recoger unos documentos importantes para llevar a Lyon a que los firmen en los próximos días, entonces bajaré hasta Biarritz, como ya he dicho al grupo.

Sophie, se quedó silenciosa y cabizbaja.

Didier, indicó la dirección al chofer. Luego, con su dedo índice levantó cariñosamente la barbilla de Sophie y mirándola a los ojos le dijo:

–Aguardo el momento de estar contigo todo un día. Pasear, comer y cenar juntos, lejos de problemas y de los desafíos diarios. Solos tú y yo, ¿te parece bien?

–Sí, claro, pero… ¿Qué es lo que te preocupa Didier?

–Nada importante. Sólo quiero resolver este viaje, que quizás sea un tanto peligroso.

–¿Peligroso has dicho?

–No, no quería decir eso, sino… ¡delicado!

–Didier, ¿qué es lo que pasa? ¿no confías en mí?

–¡Claro que sí criatura!

–¿Entonces?

Didier hizo un silencio, mientras Sophie tiraba de su brazo cariñosamente.

Son cosas del trabajo, nada más –contestó.

El taxi paró, y tras bajarse, Didier acompañó al portal de la casa de Sophie. Una gran puerta de forja ornamental y acristalada daba paso al lujoso interior del mismo, donde el portero daba la bienvenida a ambos. Tras retirarse éste, Sophie se echó en brazos de Didier besándole en la mejilla. Didier, la abrazó fuertemente y a la vez en forma contenida. Tenía cierto miedo en hundirse en los éteres de su gracia y belleza. Sophie se retiró y con ojos húmedos le recordó que cuando regresara de ese viaje estarían todo el día juntos. Asintiendo éste con la cabeza mientras se retiraba para ir a su piso situado a unas manzanas de allí.

Didier, mientras llegaba a su hogar pensaba:

–Poderoso Dios ¿por qué pones esta adorable y joven criatura en mi camino? ¿Qué tengo que aprender de ella y qué puedo yo enseñarla?

 

En el despacho de abogados

Biblioteca Despacho Didier

La secretaria del despacho de Didier anunció la visita de tres personas del Gobierno Parisino.

–Buenos días, pasen ustedes –dijo Didier.

–Buenos días dijeron todos al unísono.

Seguido Didier pidió a su secretaria que los demás trabajadores del despacho se mantuvieran sin hacer excesivo ruido, y que no se abriera la puerta, tanto la de su despacho como la puerta principal, hasta que él finalizara.

–Gracias Monsieur Didier por la discreción. Tenemos dos coches vigilando la calle –dijo uno de ellos, mientras que el otro agente añadía: –Nos envía…

–¡No por favor, nada de nombres! Ya sé quién les envía y tengo referencias de cada uno de ustedes. Sé que quieren hacerse con un contrato de varios miles de botellas de champagne para que sean enviadas a Alemania cada año. Mi despacho buscará un contrato que les beneficie a ambos.

Luego con cierta socarronería añadió:

–No esperarán dejarnos sin champagne a los franceses ¡una cosa es la guerra! ¡pero otra bien distinta es no tener una copa de ese burbujeante líquido de oro que llevarse a la boca!

–Los agentes franceses se quedaron petrificados… el dirigente Alemán que era un General vestido de paisano, tras un breve silencio, se echó a reír, mientras se atusaba su largo bigote gris.

–¡Me gusta este hombre! –añadió en francés pero con un deje alemán mientras reía, risa que terminó por contagiar a todos.

–No colaboro con ustedes por la minuta sino porque me lo ha pedido un amigo al que respeto y… ¡por el champagne claro está!

–Jajaja, ¡me gusta este hombre! volvió a decir, como si no supiera más frases que pronunciar en francés.

Uno de los agentes hizo una señal al otro, y éste posó con cuidado un maletín negro sobre un tapete de piel verde, junto al plumero de oro y tinta china situados en la mesa de Didier. La abrieron y extrajeron tres carpetas, un sobre, y otro maletín más pequeño.

–Aquí tiene los contratos redactados por su amigo –dijo el alemán, para luego añadir:  –Ahora le pedimos que los verifique usted. Uno lo traerá con la firma y sello de la Bodega.

Didier lo miró con detenimiento.

–Está todo correcto. Me han presentado ustedes dos sobres y ¿el tercero de qué se trata?

–Éste no lo puede abrir. Se lo dará a la persona que detalla el sobre en la Jefatura de Lyon, no necesita saber nada más –dijo con gesto serio el alemán.

Seguido un agente le mostraba el sobre pequeño.

–Aquí tiene un salvo conducto para moverse por toda Francia, sin límite de horarios.

El otro agente abre el pequeño maletín.

–Tiene también permiso para llevar esta pistola y dos cargadores, procure ser discreto.

–¡Pero yo no he disparado nunca y ni sé hacerlo!

El alemán arrebató la pistola al agente y dijo con tono enérgico:

–¡Es fácil! Primero cargar pistola, luego bajar el seguro como bajar bragueta del pantalón, luego apuntar bien y disparar todo el cargador ¡¡¡como en un orgasmo!!! Jajaja, reía su gracia mientras todos callaban.

Didier, pasaba la mano por su frente como para borrar esa escena tan frívola y desagradable protagonizada por un alemán que seguramente escondía sucias historias en su mente.

–Despachos importantes como el suyo, banqueros y joyeros llevan permisos para portar esta arma francesa, la “Pistola 625” semi-automática, –dijo uno de los agentes.

–¿Francesa? –gritó el alemán–. ¡Querrá decir la excelente y bien calibrada pistola que nosotros hemos hecho en vuestros talleres -ahora de Alemania- a partir de vuestro Modéle 1935!

–Está claro que la industria alemana se posiciona como la mejor de Europa, y esto es bueno para todos, –dijo con firmeza Didier.

–Jajaja, ¡me gusta este hombre! –todos rieron.

–Se parece usted –añadía el General señalando con el dedo índice a Didier–, al cómico del cine mudo Max Linder, con su bigotito casi iguales, jajaja –luego añadió–: –Si se lo recortara un poco a cada lado del mismo se parecería a nuestro ¡Führer! –Y volvió a soltar carcajadas que se oían al otro lado de las paredes.

Luego se despidieron tras quedar en avisarse por teléfono cuando los contratos fueran firmados y el sobre entregado.

Max Linder era el nombre artístico de Maximilien G. Leuvielle. Era francés y había muerto en forma trágica en el año 1925, quizás a raíz de las secuelas dejadas por los gases asfixiantes que respiró cuando se alistó en el ejército de su país en la Primera Guerra Mundial. De aspecto distinguido fue el actor cómico de cine mudo mejor pagado de toda Francia. Marchó a EE.UU. en 1916 para hacer varias películas y enseguida volvió a París. No sin antes dejar una profunda huella en la persona que más tarde se la conocería como Charles Chaplin, quien manifestó ser discípulo suyo y al que llegó a copiarle sketch de sus películas y parte de su vestimenta.

Didier viajaría al sur de Francia. Primero a Lyon en la llamada zona libre, donde se encuentra el régimen colaboracionista de Vichy. Antes había quedado con Juliette, la médium, y le puso al corriente de que en su despacho se habían reunido con un dirigente alemán y dos agentes del servicio secreto francés. Debía llevar unos documentos para ser firmados en Lyon y una pistola para defenderse en caso de que intentaran robarle, dada por ellos. Le comentó también que pensaba llevar y vender el diamante que les quedaba, ya que tenía un contacto en Biarritz.

                                                                                       Continuará….

Diamante vendido

Natacha Rambova y Svetoslav Roerich en los años 30 del pasado siglo

Pertenece a los archivos de Leonardo Olazabal

En el principio de los años 30, vivir en Nueva York era vivir con intensidad, con ilusión, aún coleando la crisis del 29, la Gran Depresión que se prolongaría toda la década.

Natacha Rambova decía: ¡Todo evoluciona tan deprisa! -Su viva mirada parecía estar viendo pequeños pero muy intensos vislumbres del futuro a la vez que saboreaba una taza de té junto a su amigo Svetoslav Roerich-.

La gente se reunía en los cafés, en los salones de baile y en los teatros de la ciudad. Una parte de la clase media, se interesaba por las nuevas tendencias artísticas y por los eventos espirituales y museísticos.

En el Museo Nicolás Roerich, situado en las primeras 3 plantas del Master Building de la calle Riverside Drive del nº 310, se forjaban las almas más puras de la época. Inaugurado en 1929, este edificio de estilo Art Decó cuenta con una historia increíble. Los pormenores han sido relatados en mi obra “CHINTAMANI”.

Además de varias salas dedicadas a las pinturas de Nicolás Roerich, y diversos objetos de arte oriental, procedente todo ello de la Expedición al Asia Central, había también talleres de escultura, salas de estudio, un pequeño teatro, una biblioteca, salones de conferencias, oficinas, auditorios y una cafetería-restaurante.

Una placa de mármol negro situada al ras del suelo y en una esquina, nos recuerda el año 1929 grabado junto con las letras -M y R- (Museo Roerich), y tres puntos, rodeado todo por un círculo en representación del Símbolo de la Paz Roerich. El 24 de Marzo de ese año se celebró el primer festival y se puso la que se conoce como la “Piedra Angular” en una esquina del edificio. Antes, tanto la Sra. Frances como la Sra. Sinna, colocaron una “cápsula del tiempo” que consistía en un cofre metálico con varios objetos simbólicos dentro, según las indicaciones de Roerich (ver mi obra CHINTAMANI).

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La Leyenda de Lapis Exillis

No hay Grial sin Chintamani, ni Chintamani sin el despertar completo del Loto del Corazón.  La Leyenda de Lapis Exillis   Conocida como “Chintamani” en India, es custodiada desde hace milenios en lo que se ha dado en llamar La Fortaleza de la Luz.

Un fragmento de la misma, guardada en un cofre alemán del Siglo XIII, acompañó a los Roerich durante una gran parte de sus vidas con un cometido, sin duda, muy especial.

En un pasado muy remoto, antiguas Escuelas de Sabiduría, la conocían como La Piedra Negra de Shámbala, el Meteorito de Orión al decir de los Rishis y Mahatmas que la veneran.

Depositada en un cáliz, ésta se iluminaba desde el interior del mismo, ante la presencia de los Maestros de Sabiduría. Así surgió la leyenda del Santo Grial, difundida más tarde por trovadores y juglares, y en la obra de Parsifal. Por lo tanto, no es la copa, sino la piedra negra, la que tiene el poder de vincular los caminos y dirigirlos hacia el Futuro. Es ésta el verdadero Grial que, ante un corazón puro, llega a despertar los sentidos supersensorios de éste.

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