Sin duda acercarse por el pueblo burgalés de Quintanar de la Sierra y oler a resina de pino y madera junto a la calidad de su aire es una experiencia inolvidable.
Días de sol y frescor donde la humedad apenas es protagonista y los pulmones lo agradecen, así como toda la estructura vital y energética del cuerpo.
Una vez allí me trasladé a Revenga y visité su bonita ermita de piedra con fecha de 1921 levantada sobre una construcción del siglo XVIII (además de su Museo de la Madera y la necrópolis). Revenga con su templo ya existía en el año 1000 y a su alrededor hay 133 sepulturas antropomorfas talladas en las rocas de la época visigoda y mozárabe. En toda esta zona de la Sierra hay nada menos que 20 necrópolis.
La ermita de Revenga apenas cuenta con elementos decorativos y en su sencillez surge en el altar tres pares de manos talladas en madera, realizada por el escultor Humberto ABAD reconocido artista nacido en Quintanar, que sostienen a modo de pilar a la Virgen de Revenga. Un bonito lugar declarado BIC (Bien de Interés Cultural) por la Junta de Castilla y León en el año 2011 y que comparten tanto Quintanar como Regumiel y Canicosa, siendo su romería a la Virgen de Castilla y León la más antigua.
Fue en este lugar donde el cura leyó La Gran Invocación por primera vez en el año 1977. Numerosos estudiosos de Filosofía oriental, hippies y estudiosos de misticismo occidental estuvieron presentes. El motivo de tan inusual acontecimiento fue nuestra boda, la de Leo y Petri.
Ahora, 47 años después, renovamos sentimientos, recordamos con imágenes fugaces aquel memorable momento y ponemos en orden nuestros pensamientos, además de presentar mi último libro publicado y dedicado a niños y adolescentes.
¡Virgen de Revenga, gracias por cuidar de nosotros durante todos estos años!
Y oramos, como en otras tantas visitas,
para traer la tan ansiada luz, amor, paz, y voluntad al Bien,
pero esta vez con la compañía de nuestro nieto Unai de 10 años,
y su madre Idoia y su padre Koldo.
¡La Vida nos brinda acontecimientos hermosos y éste es uno de ellos!
Ese día paseamos por Regumiel, que cuenta con una zona con huellas de dinosaurios… y mientras leía mi nueva obra se me acercó un visitante para observar de qué trataba el libro.
Hizo su estrepitosa presentación, ya que el suelo se movía con sus pisadas, y me dijo:
– ¡Hola, soy un Iguanodon!
– ¡Hola, y yo soy Leonardo!
– dije. Acto seguido añadió:
– ¡Estoy aburrido!
– Normal, ¡llevas 135 millones de años ahí!
Me miró, bostezó sonoramente y se marchó. Después de que el suelo dejara de moverse proseguí mi camino.
Estos bonitos pueblos están a más de 1100 m de altura, el aire en este mar de oxígeno es todo lo puro que puede ser en estos días, y buscaba una milenaria formación de rocas esculpidas por el viento y la lluvia cual dólmenes y menhires realizados o dirigidos por los espíritus de la naturaleza que abundaban por estos parajes cuando el ser humano ni siquiera existía como tal.
En los pueblos siempre oyes hablar de entornos paisajísticos geofísicos y lugares encantados… pero no les prestas mucha atención. Recientemente, el amigo Manuel, cuya familia es de Quintanar, pero que reside en las Palmas de Gran Canaria, nos dijo de ir al Parque Natural de Castroviejo (situado a 1540 metros de altura), un espectáculo de piedra, flora, pinos albares y fuentes de agua de donde nace el río Duero. ¡Dicho y hecho!
Mejor ver las fotos en vez de tener que describirlo. Aquí se grabó alguna película. No es de extrañar pues las caprichosas gigantescas rocas y su bello paisaje se presta a ello.
El caso es que, a la vuelta de una parte del recorrido, me encuentro con la fuente de agua fresca que estaba precisamente a la entrada y para mi sorpresa y la de mi familia, había junto al caño de agua una pequeña columna que presentaba en una de sus caras, una corona forjada en la que se podía apreciar el símbolo de la Chintamani, como símbolo de la trinidad y de la riqueza de la edad media. Una igual, pero más pequeña dado que era el ornamento real de una Virgen, se halla en mi museo Roerich. Entonces puse mi libro sobre la misma, tanto la portada como la contraportada, ya que fue un regalo inesperado que nadie del lugar puede entender. Ver fotos.
Investigando, supe que era la llamada fuente de Los Quintanaros dentro del paraje conocido como la “Majada Falsa”. Se trata de un agua que procede del Manantial del Raso Bustar ubicado en el Parque Natural de Castroviejo. Lamentablemente el mismo no estaba muy cuidado pues hay animales de dos patas que gustan destruir lo que es bueno para todos. De hecho, el elemento decorativo de la fuente, la corona o aureola de hierro presenta tres veces el sagrado símbolo trinitario y los desalmados se han dedicado a golpearlos hasta desfigurar dos de los tres. Presento en las fotos el que ha resistido a la invencibilidad de algunos humanos venidos a menos.
En los siglos XVII y XVIII las coronas heráldicas de tipo honorífico o nobiliario variaban según el momento y los países. La corona triunfal de laurel de los primeros tiempos pasó con los años a condecoraciones de lujo y poder coronal. Ésta es muy significativa y ahora me aguardaba otra feliz sorpresa y seguido un reencuentro.
Aprovechando estos poquitos días visitamos también el Monasterio de Santo Domingo de Silos, al que he ido en numerosas ocasiones y también hace mucho tiempo con mi amigo Enrique F. Orfila. Su arquitectura y disposición para encontrar la serenidad y la paz es inestimable, y más aún oír a sus monjes benedictinos cantar en gregoriano. El ciprés del claustro románico tiene 125 años y mide 25 metros de altura.
Me sorprendió a mí y a mi familia, una galería relativamente grande con una cuidada exposición de iconos rusos de gran colorido y belleza titulada: BELLEZA INVISIBLE.
Su atractivo como obras de arte, su simbolismo y valores cromáticos, se ve aumentada por la vibración sagrada de la obra y del propio lugar donde se expone. El libro de los niños pidió ponerse junto a una de estas imágenes de El PANTOCRÁTOR (la fuerza y el poder de Dios). Según el arte Bizantino el Cristo o el mismo Dios, con el gesto o mudra de mostrar dos dedos en señal de bendición (las dos facetas de Cristo) y desde una estrella de ocho puntas (espacio sagrado) en las que pueden verse dos letras griegas a cada lado de él significa “El QUE ES”, “ES”. Lo que equivale al nombre sagrado de Dios. El que todo lo gobierna y sostiene los mundos (Pantocrátor). Ver fotos.
Petri, explicó a nuestro nieto Unai la importancia de la exposición espiritual y pronto se dispuso el niño a fotografiarlas en silencio. Fue sin duda una pequeña peregrinación por la vida de Cristo, sus discípulos y otros santos que nos hablan de la Fraternidad Universal y de los sentimientos más nobles del hombre. Realmente fue un baño de bendiciones al estilo de la pintura energética de Roerich.
Poco antes me encontré, a la entrada de la exposición, con la tumba de D. Fernando Pérez de Guzmán, quien llamó su atención con un sonoro tropezón por parte mía (?) Ahí lo dejo con una fotografía.
Y en otro momento estelar en lo espiritual, ya en Burgos capital, visité el exterior de su Gran Catedral para subir unos escalones y situarme en la calle Fernán González, que forma parte del Camino de Santiago. Allí mismo se encuentra la Iglesia de San Nicolás y San Esteban. Se trata de uno de los templos de estilo gótico más antiguos de Burgos (siglo XV).
Su fachada sobria, blanca y sencilla da paso a un elemento destacado:
EL SÍMBOLO EN PIEDRA DE LA BANDERA DE LA PAZ
Algo que ya conocía desde hace muchos años y que sin duda hubiera gustado de ver a la familia Roerich, ya que lleva el círculo rodeando a las tres esferas, lo que es inusual. A fin de cuentas, lleva ahí varios siglos para mostrar los tres aspectos de todo santo u hombre espiritual que finalmente necesita para alcanzar la paz, como es caminar por el Sendero de la Luz, en forma victoriosa, poderosa y triunfante.
Mucha Paz.
Leonardo
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