No hay Grial sin Chintamani, ni Chintamani sin el despertar completo del Loto del Corazón.  La Leyenda de Lapis Exillis   Conocida como “Chintamani” en India, es custodiada desde hace milenios en lo que se ha dado en llamar La Fortaleza de la Luz.

Un fragmento de la misma, guardada en un cofre alemán del Siglo XIII, acompañó a los Roerich durante una gran parte de sus vidas con un cometido, sin duda, muy especial.

En un pasado muy remoto, antiguas Escuelas de Sabiduría, la conocían como La Piedra Negra de Shámbala, el Meteorito de Orión al decir de los Rishis y Mahatmas que la veneran.

Depositada en un cáliz, ésta se iluminaba desde el interior del mismo, ante la presencia de los Maestros de Sabiduría. Así surgió la leyenda del Santo Grial, difundida más tarde por trovadores y juglares, y en la obra de Parsifal. Por lo tanto, no es la copa, sino la piedra negra, la que tiene el poder de vincular los caminos y dirigirlos hacia el Futuro. Es ésta el verdadero Grial que, ante un corazón puro, llega a despertar los sentidos supersensorios de éste.