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LA DIVINA JERARQUÍA, UN NEXO ENTRE LA DIVINIDAD SUPREMA Y EL HOMBRE

Visala Badari es el nombre de la mística y oculta sede espiritual que está ubicada en las regiones septentrionales de los Montes Himalayas y que sirve de lugar de encuentro entre Sri Bhagavan Narayana y los Supremos Jerarcas que le secundan en el excelso trabajo para el bienestar de la humanidad. ELLOS vigilan permanentemente el proceso evolutivo mundial de este planeta y están en eterno contacto con otros Jerarcas de mayor elevación, cuyo nexo directo permite a la Suprema Divinidad Gobernante del Universo dirigir SU trabajo.

Maestro Universal del Suddha Dharma Mandalan e Instructor Leonardo

Suddha Dharma Mandalan es el nombre de toda esta Gran Jerarquía Blanca y dicho término va más allá de toda organización humana. Hay entre estas Divinidades promulgadores de Leyes Divinas, cuya inspiración repercute en las leyes que rigen la vida de todos los seres, incluidos nosotros. Así hay por ejemplo seres que están a cargo de la tarea de Creación, Conservación y Reintegración del Cosmos, Seres que controlan las energías (shaktis) del Universo, que controlan el equilibrio celeste, que están a cargo de proveer la materia para los vehículos corporales de los seres en evolución, los sonidos para las sílabas místicas, o quienes se preocupan de entregar ciencias y artes universales para el progreso de los seres habitantes de los infinitos mundos.

En verdad Suddha Dharma Mandalan conforma toda una inteligente e ilimitada estructura cósmica muy detallada y que llenaría un gran volumen de conocimientos difícil de describir en este pequeño artículo.

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Visitas y recuerdos en La Colina de Laurel. Encuentros de viejas almas espirituales

Dr. Pablo en la sala de Svetoslav Roerich

Nos visitó el Dr. Pablo B., experto en medicina energética y terapias complementarias de alto nivel científico. Él es de Chile y reside en Alemania. Su madre Marlene recibió, hace ya muchas décadas, a Sri Anantaram, en su hacienda cerca de Los Andes. Ella, mujer sensible y de fuego, es escritora de poesías y acrósticos. Su obra “Fuego de Paz” exhala sólo una parte de las joyas que lleva en su interior.

Pablo siendo niño, llamó la atención del Maestro y el mensaje privado que dio a su madre lo llevó grabado en su corazón toda la vida.

 

Pablo y Petri

Ahora Pablo visitó el caserío de Leo y Petri y su Museo Roerich. Los anfitriones de la Colina de Laurel abrieron sus puertas de par en par y allí se dio ¡la gran comunión!

La visita a la sala de los Maestros o Museo Roerich desencadenó tal vibración energética y de luz solar, que permanecimos durante 11 horas seguidas hablando de vivencias espirituales. Unas vivencias que quedaron grabadas para siempre en los corazones presentes, bendecidos por la energía espiritual del propio Sri Anantaram.

Amor, Vida y Gratitud.

 

Leo y Pablo

Años 90

ENCUENTROS DE VIEJAS ALMAS ESPIRITUALES

Por Leonardo

    Sri T.V.Anantaram, Maestro Supremo del Suddha Dharma Mandalam, nos hablaba (en nuestros encuentros de Raja Yoga) junto con su mujer Sow Balita, maestra en cantos de mantras, sobre la necesidad del Despertar Planetario y para ello había que propagar las enseñanzas del Suddha Dharma como la brisa propaga el olor de las flores.

Tengo que decir que, cuando uno está junto al manto de meditación del Maestro y bajo su atenta y cariñosa mirada, todo se detiene. Lo efímero y vulgar desaparece, y la excelsa belleza toma su lugar. Uno entonces entra en contacto con su ser esencial y el tiempo deja de ser el protagonista existencialista. Ahora el ser místico verdadero se revela en toda su inmensidad y la experiencia vivida junto al Maestro es infinitamente superior a los cientos de libros leídos y estudiados.

Vivimos unas verdades a medias y cuando estás con Sri Anantaram comprendes de inmediato la existencia de una Consciencia Superior y se percibe una libertad como antes nunca la habías experimentado. ¿Es el aura del Maestro? ¿Es su mirada? ¿Es su voz?

Maestro Universal del Suddha Dharma Mandalan e Instructor Leonardo

Ahora la vida tiene significado. Pero ¿qué pasará cuando él se vaya? ¿Quedaré huérfano de su energía? Somos tan débiles que precisamos de este amor integral, de esta super-naturaleza, de esta emanación mental integral. Mi cuerpo espiritual, mi alma, me pide con la fuerza de un volcán esta dimensión trascendental y atemporal que emana el Maestro. Pido a Dios, a Sri Bhagavan Narayana, que la síntesis superior de amor, belleza y conocimiento armonice mi vida y la de aquellos que me rodean.

Maestro, que, en el devenir de la vida, ya sea cayendo, sufriendo, triunfando u olvidando, no se cierre nunca la puerta que me une a ti y a toda la Jerarquía Espiritual de Mahatmas, la Gran fraternidad Blanca. Que forme parte de tu Plan, y que la Tierra con todos sus reinos, se eleve a la más alta Belleza y Paz. Que la rosa que es la humanidad abra por fin sus pétalos de conciencia y traiga el despertar necesario para alumbrar la Nueva Civilización Solar.

89 Aniversario de El Pacto Roerich de la Paz y de la Cultura 15 de abril de 2024

La idea de este Pacto surgió en la mente del Profesor Nicolás K. Roerich un poco antes de los años 30 del pasado siglo. Viendo los horrores creados por la Primera Guerra Mundial el corazón de Nicolás se apenaba por la destrucción que dejaban tras de sí los conflictos armados. Y al parecer, no hemos aprendido nada, pues hoy día seguimos viendo lo mismo.

Los Maestros y El Pacto Roerich

Cuando recorría las calles de Moscú junto a mi mujer Petri bajo una intensa nevada en dirección del Centro Museo Internacional de los Roerich, para asistir a las conferencias relacionadas con el Pacto Roerich y la Defensa del Patrimonio cultural y artístico, veíamos cómo la nieve rebotaba en nuestros abrigos de invierno. Como ya he dicho alguna vez, la nieve de Rusia es distinta a la que yo conocía. Al menos en esos días. Nunca he visto ese tipo de nieve, eran copos esféricos que te tocaban y rodaban por la ropa sin apenas mojarte. Estos diminutos copos redondos eran como una bendición constante que caían del cielo de… ¿Shámbala? Qué extraño puede parecer este relato, y sin embargo para nosotros dos en ellos estaba contenido TODO. Cuando digo todo es Todo… Rusia, los Roerich, la bendición de la Jerarquía… repetido así miles y miles de veces en la nieve, nieve que no nos atrevíamos ni a pisar. Era como si la bendición viniera de todos los lados… Lo sentíamos como una gratitud blanca e inmaculada que nos recibía de forma entrañable a los que veníamos desde tan lejos.

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Sobre la foto del Maestro D.K. conocido como El Tibetano

Como decía Enrique F. Orfila, “No hay nada más grande y hermoso que el resplandor de la Verdad”. Y añadía: “Cuidado con los mitos. Es tan fácil engañarse”.

Hay muchas leyendas acerca de las imágenes de los llamados Mahatmas o Maestros de Sabiduría. Entre los estudiantes de la Escuela Arcana de Alice A. Bailey, circula desde el siglo pasado un dibujo del supuesto Maestro D.K. realizado por Annie M. Gowland, que impulsó la Sociedad Teosófica en Uruguay en los años 20 del siglo pasado.

Más recientemente se difundió como la pólvora una fotografía del supuesto Maestro D.K. en la que aparecía sentado y vestido como un monje budista junto a dos acompañantes. Se dice que esta fotografía la tomó Nicolás Roerich en una de sus expediciones o viajes señalando que era el Maestro D.K. El Tibetano, cuando esto no es así. Muchos seguidores de las obras del Agni Yoga creen que al mencionarse a D.K. en los escritos de H.R. éste sería el famoso maestro ya que la pintura de Gowland era prácticamente calcada a la imagen fotográfica. Y claro, antes de afirmar nada, hay que investigar mucho y ser responsable con el conocimiento adquirido.

Resulta comprensible que, tanto los estudiantes teósofos y otras escuelas ocultas o esotéricas como la Escuela Arcana, o los seguidores de la familia Roerich, se envuelvan -a veces- en un sentimentalismo misterioso y soñador (lo que por otra parte es normal) que con el tiempo los va a llevar a una gran decepción, por eso mismo hay que tener cuidado. Los aspirantes en el Sendero deben procurar no autoengañarse, como ya se ha escrito y dicho en numerosas ocasiones, ya que si uno carece del “sentido esotérico” y del “actuar con precisión y con inteligencia” tarde o temprano se dará el tortazo. Hay que saber que por lo general, los Maestros no se dejan fotografiar o dibujar, para no ser molestados por interferencias inadecuadas o emocionales por parte de aquellos que contemplan la imagen. Es como se explica en Los trabajos de Hércules cuando se dice “redime tu error antes de que intentes verme de nuevo”. Reflexionemos en ello.

A Nicolás y a Helena no les gustaba que cualquiera les hiciese fotos, y se puede observar este hecho en las numerosas fotografías de archivo que existen, donde ellos aparecen evitando mirar directamente a la cámara, siendo fotografiados cabizbajos y resignados.

Foto por gentileza de National Automotive History Collection, Detroit Public Library

 

Solo cuando se realiza un buen trabajo el Maestro te dice: “Ve y descansa, hijo mío”. Y aquí está la clave ¡en no descansar hasta hacer bien el trabajo!, como así lo ha hecho una mujer que, habiéndose desplazado a la ciudad de Nueva York con motivo de asistir a la cena anual del Fondo del Tíbet, sintió el impulso de investigar sobre la fotografía de los tres hombres asiáticos tan ampliamente difundida, donde se sugería que la persona central era ni más ni menos que el Maestro D.K. Esta mujer es Olivia Hansen.

Como la fuente de esta foto aparece en los archivos del Museo de Nicolás Roerich de Nueva York, Olivia hizo los contactos necesarios para que el actual director del museo investigara en sus archivos, llegando a la conclusión de que lo que figura en sus documentos de la época no era una foto realizada por Nicolás Roerich o por algún miembro de su familia, sino que pertenecía a un recorte de periódico que acompañaba la noticia de que los Roerich, desaparecidos por varios meses en el Asia Central, habían regresado a la India. La Agencia de Noticias Internacional enviaba a todos los EE.UU. este hecho y luego los distintos periódicos ilustraban la noticia con fotografías de otros exploradores y aventureros de la época que ya habían estado en la región tibetana, en Mongolia, Bután, Sikkim o Nepal.

La foto aludida, fue incluida en los archivos del museo -como otras- sin estar hecha por los Roerich. Era propio recabar y guardar toda noticia relacionada con la familia Roerich por sus discípulos/as americanos más directos.

Así las cosas, la investigadora Olivia Hansen decidió continuar indagando, y junto al actual director del Museo de Nicolás Roerich de Nueva York, encontraron que dicha fotografía se halla publicada en la Biblioteca Pública de Detroit, y que su autora fue ni más ni menos que la exploradora Aloha Wanderwell, conocida en aquellos años como la Indiana Jones femenina. Se trata de la mujer que más ha viajado en el mundo. Una aventurera y una verdadera heroína. Se puede encontrar su abundante historial y biografía en Internet donde cuenta con miles de seguidores.

Esta increíble viajera condujo en un vehículo Ford Modelo T, ochenta países en cinco años, dando así la vuelta al mundo. Luego repitió y dio varias vueltas más a todo el globo terráqueo. Era también aviadora, fotógrafa, guionista, cineasta, locutora de radio, traductora, hablaba once idiomas y ella, Aloha Wanderwell, es la autora que tomó la foto de los tres hombres asiáticos (Lamas-Bután) publicados como Lamas from Tíbet.

Olivia Hansen quiso investigar un poco más y se puso en contacto con Glenn Mullin, y éste tras ponerse en contacto con sus amigos de Bután le pudo confirmar que el linaje de esos monjes, así como sus vestidos, pertenecen a Sikkim, pero que la foto quizás estaba tomada en Bután. Era un monje sikkinés junto a dos familiares que visitaban por aquel entonces el país de Bután y Mullin aportaba más datos sobre su nombre y cargo, pero nada que ver con el Maestro D.K.

Se dice que la pintura (tan ampliamente difundida entre los estudiantes espirituales) que hizo la artista sudafricana Annie M. Gowland, pintada en la década de los años 30 del siglo pasado, representando al Maestro D.K., lo hizo copiando los rasgos de la fotografía aludida. Mientras que otros piensan que D.K. es el Panchen Lama, pero esto último no puede ser por varias razones y especialmente porque el Panchen Lama murió una década antes, de las muchas comunicaciones que se seguían obteniendo de El Tibetano (D.K.).

No cabe duda de que cada uno interpreta las enseñanzas (de cualquiera de las escuelas herméticas y esotéricas o espirituales) a la luz de su propia comprensión interna. Pero eso no quita para poder añadir verdades y corregir aquellas cosas que permanecen como tales aun estando equivocadas. Todos los retratos de los llamados Maestros son un enigma, y como decía Enrique F. Orfila “dichas pinturas o dibujos son un entretenimiento para los humanos que se hallan aún en el jardín de infancia”.

Esto me recuerda el retrato falso del Maestro D.K. que se exponía en el salón de los Maestros del Centro Museo Internacional de los Roerich en Moscú; salón que tuve la oportunidad de visitar en varias ocasiones. Me sorprendía que en esta sala, donde se encontraba el famoso cuadro Fiat Rex, había sobre éste los retratos de tres Maestros. De izquierda a derecha podía verse el retrato del Maestro Koot Hoomi, en el centro el Maestro Morya, y a la derecha el Maestro Djwal Khul, pero claro yo veía que ese no era El Tibetano, el Maestro Djwal Khul. Cuando lo consulté con las personas que llevaban el museo, y con la traductora correspondiente, les dije que eso estaba equivocado a la luz de la tradición ocultista. Y me dijeron que como eso es lo que decía Helena Roerich, pues eso iba a misa. Me sorprendió que no investigaran en ese tema, porque el retrato que allí se exponía daba la casualidad de que es un retrato que yo conozco bien, y numerosos ocultistas eslavos también. Además a mí, años atrás me lo habían regalado en mi Centro de Meditación, en los numerosos encuentros que mantuve con maestros de Raja Yoga de India, y con ocultistas de Occidente. Dicho retrato correspondía ni más ni menos que a la escuela del Maestro Philippe de Lyon, y por lo tanto era y es, bien conocido por los estudiantes de la Escuela Martinista. Ese retrato fue realizado por un artista húngaro conocido como Semikhen y hace referencia al supuesto rostro actual del Maestro Jesús. Una bella ilustración que se expone en La Gran Orden Martinista, y que por lo tanto no es el Maestro D.K., además este rostro de Jesús muestra unas facciones totalmente occidentalizadas y no tibetanas.

Una vez más vemos que se hace un uso y abuso de los retratos de los Maestros saltándose las características asiáticas o del medio oriente propias del nacimiento de cada uno de ellos, y se publican en internet con más o menos misterio para mantener la devoción de los estudiantes.

Son precisamente estos estudiantes los que no deben ignorar el sentimiento moral a la hora de investigar estos hechos. Todo el mundo puede equivocarse, pero no todo el mundo debe ser irresponsable. Hay que distinguir entre lo correcto y lo no correcto, entre lo discreto y la mentira, porque solo así podemos evitar la debilidad y pobreza mental propia de los no iniciados.

La civilización occidental está evidenciando una degradación cultural, una crisis política y económica a escala mundial, donde se diluye la fragancia y la inteligencia tan extraordinaria que se creó en el siglo pasado.

Vivimos un gran cambio con hechos extraños y espurios donde todo parece inconsistente… pero, veo que algo ya se acerca a la Tierra (MARANATHA) y que pondrá todo lo Ético en su sitio.

¿Lo veremos? no lo creo, pero mientras tanto llevemos esperanza, amor y paz a las gentes de a pie que así lo piden.

Y ahora se me ocurre otra cosa… Queda una cuestión por resolver… ¿Y si Aloha Wanderwell hizo la foto al Maestro D.K. (con el permiso de éste previendo su repercusión en el futuro) sin saber ella realmente quién era esa autoridad?…

    Agradezco a Olivia Hansen por su trabajo de recopilar la información de la foto y por darme a conocer a una mujer extraordinaria del siglo pasado ¡Aloha Wanderwell!

                                                                                                                     Leonardo Olazabal Amaral