Boris fue un querido integrante del Grupo Roerich en el extranjero. Boris dirigía un pequeño grupo en la ciudad de Harbin en el noreste de China donde había una gran cantidad de ciudadanos e ingenieros rusos. Durante un tiempo en ese grupo se hallaba la fértil mente del escritor de temas ocultos y místicos Andrew Tomas (1906-2001). De ahí le vino seguramente escribir su obra “Shambala Oasis de Luz”. Boris contaba con el beneplácito del propio Nicolás Roerich que visitando la ciudad fundó el grupo de Agni Yoga. Roerich también le regaló un objeto personal a Boris para mantener un vínculo magnético con él.

Boris N. Abramov

B. N. Abramov se carteó con la familia Roerich durante años, y éste fue admitido por Helena como un mensajero de los Maestros de la Jerarquía. Cuando Helena partió para los Mundos Sutiles dejando esta morada en el año 1955, Boris experimentó un golpe demoledor. No podía creerlo y totalmente herido escribió a Yuri  (George Roerich), hijo de Helena,  diciéndole que todo se derrumbaba, y que ya nada sería igual. A lo que Yuri le respondió: “Un soldado tiene que saber cómo actuar ante la muerte de su Comandante”.

Aquí, podemos apreciar la vena marcial de Yuri.

Y es que la humanidad nunca se queda sin guía.

Boris N. Abramov, después del fallecimiento de sus maestros Nicolás y Helena Roerich, escribió una serie de volúmenes (25) titulados “Facetas del Agni Yoga”. Tras superar numerosas pruebas en el camino personal y la purificación de su karma, mostró a los estudiantes con un lenguaje sencillo, el conocimiento espiritual de Oriente y de la Ética Viva. Era exigente, disciplinado y muy responsable. Tras mucho trabajo individual despertó la clariaudencia y comenzó a recibir en el silencio interior la voz del M.M. y más tarde estableció conexión con sus maestros Nicolás y Helena Roerich. El pueblo ruso y de otros países se beneficiaron de sus escritos sobre la relación existente entre el género humano y el Cosmos.

No se cansaba de decir: “Hay tanto por hacer en la vida, tanto por lograr y mejorar que no se puede perder ni un solo minuto sin aprovechar de un modo conveniente cada momento del día”. Igualmente apelaba a la energía psíquica para conseguirlo, a la que llama “el don de la evolución”. Solo necesitas desear activarla.

Plaza Abramov

En el año 2019 se hizo una plaza y se puso una placa conmemorativa con su nombre (gracias al prestigioso escultor A.D. Leonov) en la ciudad de Venev, región de Tula, al sur de Moscú. Dichos libros “Facetas del Agni Yoga” los cargué en Moscú en una pesada maleta y los pasé más tarde a una Fundación Canaria que cuenta con traductora rusa.

Leonardo Olazabal Amaral, desde El Rincón del Escritor.

Presidente de la Asoc. ADA Roerich