Encuentros literarios: Carta de Helena Roerich – 22 de Febrero de 1936 – Tomo II

“¿Pueden los Espíritus Superiores enfermarse e incluso ser sujetos de infecciones?”

Acopio de Energía Psíquica mediante el Raja Yoga.

Por supuesto que sí, si las condiciones de sus tareas requiere un contacto constante con la gente. Recuerda que un Espíritu Superior entrega constantemente parte de su fuerza a aquellos que llegan hasta Él y a los que lo rodean, así que no importa lo grande que sea su reserva de energía psíquica, ésta puede agotarse temporalmente, debido a su excesiva generosidad de espíritu. Tales momentos de agotamiento están llenos de peligro ya que la red protectora del aura, cuando está despojada de las emanaciones que llegan del almacenamiento que alimenta nuestros centros, puede ser transgredida y permanece abierta a microbios infecciosos los que pueden entonces penetrar por un punto débil. Esta es la razón porque los libros de la Ética Viva enfatizan con tanta persistencia la protección del aura protectora. Un discípulo que haya alcanzado un cierto grado de desarrollo espiritual será incapaz de permanecer por períodos muy largos en las atmósferas contaminadas de las ciudades por lo que es obligado a retirarse a la naturaleza para poder acumular prana y a llevar una vida más o menos retirada. Cristo, Buda y otros grandes Maestros solían retirarse con frecuencia al desierto y nunca permanecían por largo tiempo en un mismo sitio. En el Evangelio de San Marcos (5:25-34) se señala que Cristo, mientras purificaba y sanaba a los enfermos, sufría un consumo de fuerza. Cuando la mujer enferma toco el borde de su manto, Jesús se dio cuenta de que había salido poder de Él.

Así mismo, Bhagavan Srî Râmakrishna, instructor espiritual contemporáneo de la India, durante su período como instructor estuvo constantemente rodeado de gente y expuesto a muchas enfermedades malignas y así vertiendo a raudales su energía, más allá de toda conmensurabilidad. Consecuentemente, él se enfermó, con una dolencia en la garganta, una forma de cáncer, la que le causó la muerte. Es importante mencionar que esta enfermedad creó confusión en algunos de mente débil quienes empezaron a dudar de la dimensión de su estatura espiritual. El ignorante piensa que un espíritu superior está protegido de las enfermedades y de todos los peligros sin tener en cuenta las circunstancias; pero nosotros sabemos que cuando Devadatta lanzó una piedra, subido en un peñasco, mientras el Buda estaba pasando por debajo, no le causó la muerte pero sí le hirió uno de sus pies. También existen indicaciones que el Señor Buda experimentaba con frecuencia dolores severos en su espalda. De la misma manera, en Las Cartas de los Mahatmas podemos encontrar un pasaje de como el Mahatma K. H., durante la época de la fundación de la Sociedad Teosófica en la India, fue obligado a retirarse por algunas semanas y a permanecer en completo aislamiento, luego de haber estado en contacto con las auras de la gente. Así, cada plano de existencia está sujeto a sus propias leyes y la violación de ellas trae las correspondientes consecuencias.